martes, abril 19, 2005

Recuperar los saberes de la humanidad

El aumento de la xenofobia y el racismo, asociados a la discriminación y exclusión socioeconómica que se vive en el mundo, promocionan posiciones idológicas neofascistas que estrechan el espacio de la libertad y la democracia como formas de vida y convivencia ciudadana.
La presencia por otro lado, cada vez más creciente, de una conciencia mágica que naturaliza y mitifica la realidad social, despojándola de su contexto, aumenta las posibilidades que el pensamiento neofascista pase pronto a la acción, de la mano de caudillos que se manifiestan como los "nuevos líderes carismáticos" del siglo XXI.
La desmoralización ética de las élites intelectuales y su acomodación en la conciencia ingenua, debilitan los límites desde los cuales podemos enfrentar el avance de estas nuevas versiones de fascismos que se arraigan en las mentalidades de las gentes, las cuales ven en ellas una salida a sus incertidumbres e inseguridades.
El desarrollo de la codicia y la vanidad como actitudes validas de construir sociedad desde los mercaderes y los intelectuales, requiere de procedimientos de control de las amyorías que las prácticas fascistas actuales pueden aportar.
Por otro lado, las actitudes pragmáticas por las que optan los jóvenes ante la falta de educación que proviene desde los adultos, ayuda a crear un ambiente de reproducción y sostenibilidad de las posiciones de dominio y exterminio de lo extraño, lo diferente, lo diverso.
Hubó un tiempo en que el ser humano constituía un plan deseable para la mayoria. Las reformas y las revoluciones pretendían acercarnos a ese fin. La humanización era una tarea interesante y nos sentíamos enriquecidos en el intento. aún cuando, los resultados se veían más lejos de lo esperado.
Hoy es una época de oscurantismo, como la predijo brillantemente Eric Hobsbawm. Y frente a esta realidad, no podemos seguir siendo idealistas. Tenemos que enfrentar este costado oscuro, herido y tormentoso de nuestra vida social.
Los/as educadores/as del siglo XXI ya tenemos una tarea: crear una pedagogía posthumanista, democrática, ecológica, plural, abierta a la convivencia con la tecnología, crítica frente a las desigualdades, convirtiendo el poder dominante de la manipulación y control sistémicos en poder de justicia y paz.
Nuestra tarea es recuperar los saberes de la humanidad, un aporte a la construcción de otra vida humana para todos.

0 comentarios: